Los sobrevivientes a los ataques del grupo ugandés Ejército de Resistencia del Señor (LRA) en el noreste de la República Democrática del Congo pidieron ayuda y protección a un equipo de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) que llegó hasta la zona donde se ocultan.
El personal del organismo llegó en helicóptero a las inmediaciones del poblado de Duru, desierto desde que comenzaron los ataques del LRA en el área, dejando más de 550 muertos de septiembre a la fecha.
Según el ACNUR, los desplazados por la violencia de este grupo rebelde superan los 115.000 y seguirán aumentando mientras continúen las atrocidades del LRA.
Los trabajadores de la ONU describieron como sumamente precarias las condiciones de vida de los congoleses que huyeron de la violencia y destrucción de la agrupación ugandesa y afirmaron que precisan de asistencia humanitaria urgente.
El portavoz en Ginebra del ACNUR, Andrej Mahecic, explicó que los problemas logísticos para ayudar a estas comunidades son muy complejos dado lo remoto del terreno y la inseguridad imperante.
No obstante, informó que el organismo despachó una caravana con 70 toneladas de alimentos y bienes básicos para asistir a unas 100.000 personas y señaló que continuará estas tareas humanitarias en los próximos meses.
El personal del organismo llegó en helicóptero a las inmediaciones del poblado de Duru, desierto desde que comenzaron los ataques del LRA en el área, dejando más de 550 muertos de septiembre a la fecha.
Según el ACNUR, los desplazados por la violencia de este grupo rebelde superan los 115.000 y seguirán aumentando mientras continúen las atrocidades del LRA.
Los trabajadores de la ONU describieron como sumamente precarias las condiciones de vida de los congoleses que huyeron de la violencia y destrucción de la agrupación ugandesa y afirmaron que precisan de asistencia humanitaria urgente.
El portavoz en Ginebra del ACNUR, Andrej Mahecic, explicó que los problemas logísticos para ayudar a estas comunidades son muy complejos dado lo remoto del terreno y la inseguridad imperante.
No obstante, informó que el organismo despachó una caravana con 70 toneladas de alimentos y bienes básicos para asistir a unas 100.000 personas y señaló que continuará estas tareas humanitarias en los próximos meses.
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