Una declaración contra la homofobia y la discriminación basada en la orientación sexual o identidad de género consiguió hoy la firma de 66 Estados miembros de las Naciones Unidas.
Los signatarios pidieron a la ONU que inste a sus integrantes a despenalizar la homosexualidad.
El texto –promovido por Argentina, Brasil, Croacia, Francia, Gabón, los Países Bajos y Noruega – fue presentado a la Asamblea General de la Organización por el embajador argentino, Jorge Argüello.
“Urgimos a todos los Estados a tomar todas las medidas necesarias, en especial legislativas o administrativas, para garantizar que la orientación sexual o identidad de género no sirvan bajo ninguna circunstancia como base para sanciones penales –en especial ejecuciones –, arrestos o detención”, apunta el documento.
El texto se apoya en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que establece la libertad e igualdad de todas las personas.
Los firmantes del documento expresaron preocupación por las violaciones de los derechos fundamentales, así como la violencia, el acoso, la discriminación, la exclusión, la estigmatización y el prejuicio contra las personas por su orientación sexual o identidad de género.
Tras la suscripción de la declaración, los signatarios celebraron una discusión de alto nivel en la que participaron la ministra de Derechos Humanos de Francia, Rama Yade, y el ministro de Asuntos Exteriores de los Países Bajos, Maxime Verhagen, quienes consideraron inaceptables los arrestos o detenciones, y la privación de los derechos de los homosexuales, transexuales o transgénero.
Algunos países de la Liga Árabe y el Vaticano rechazaron la declaración.
Los signatarios pidieron a la ONU que inste a sus integrantes a despenalizar la homosexualidad.
El texto –promovido por Argentina, Brasil, Croacia, Francia, Gabón, los Países Bajos y Noruega – fue presentado a la Asamblea General de la Organización por el embajador argentino, Jorge Argüello.
“Urgimos a todos los Estados a tomar todas las medidas necesarias, en especial legislativas o administrativas, para garantizar que la orientación sexual o identidad de género no sirvan bajo ninguna circunstancia como base para sanciones penales –en especial ejecuciones –, arrestos o detención”, apunta el documento.
El texto se apoya en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que establece la libertad e igualdad de todas las personas.
Los firmantes del documento expresaron preocupación por las violaciones de los derechos fundamentales, así como la violencia, el acoso, la discriminación, la exclusión, la estigmatización y el prejuicio contra las personas por su orientación sexual o identidad de género.
Tras la suscripción de la declaración, los signatarios celebraron una discusión de alto nivel en la que participaron la ministra de Derechos Humanos de Francia, Rama Yade, y el ministro de Asuntos Exteriores de los Países Bajos, Maxime Verhagen, quienes consideraron inaceptables los arrestos o detenciones, y la privación de los derechos de los homosexuales, transexuales o transgénero.
Algunos países de la Liga Árabe y el Vaticano rechazaron la declaración.
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